Esta afirmación no tiene nada de malo. Es parcialmente cierta, pero un también podría afirmar que respiro, como o creo (spiro, manduco, vel creo) ergo sum. La energía va donde ponemos el foco, y esta energía crea la realidad. Para aquellos que crecieron con esta "historia", creemos que nuestra capacidad de pensar y utilizar nuestro cerebro, nuestro intelecto, es inherente a nuestra existencia. ¿De qué manera esta creencia te ha formado a ti a tus acciones? ¿Cómo ha dirigido esta creencia tu enfoque y tu energía?

¿Cómo habrían sido las cosas diferentes para ti de haber dicho el filósofo, "respiro, luego existo" o "existo porque existimos; y como existimos, existo"?¿Dónde nos habría llevado el enfoque y energía de nuestra existencia?

Hay muchas maneras de cambiar paradigmas, pero mi foco y energía siguen todavía en los idiomas y la educación.

Piensa en las lenguas que hablas, ya sea tu lengua materna o cualquier lengua que estás aprendiendo ahora.¿Qué partes paren inmutables, quizá relacionadas con la gramática o la construcción de frase, etc.? ¿Qué pasaría si contemplaras la posibilidad de que lo que parece inmutable puede pertenecer a la cultura profunda/mente inconsciente de aquellos que siguen produciendo e influyendo la lengua desde su posición dominante? ¿Y si te permitieras cuestionar estas reglas y dirigieras tu energía a entender la mente inconsciente que las forma mientras, quizas, te rebelaras en su contra?

Por ejemplo, el tema de la naturaleza profundamente de género del español es una conversación que sigue ocurriendo con mis clients con una frecuencia de una o dos veces por semana. Los sustantivos españoles tienen dos géneros, masculino y femenino, a pesar de los tres géneros que aparecen en latín y otras lenguas indo-europeas. ¿Por qué se abandonó el neutro en español? Esto es, de nuevo, otra historia relacionada con seguir el latin prestigioso de la élite romana, pero estoy divagando. Los dos géneros en español parecen algo inmutable. En el momento en que grupos feministas y transgénero quieren poner la lengua al día (por ejemplo, usando la terminación -e como neutro), nos enfrentamos a las reglas españolas de la edad de piedra y nos encontramos con una oposición feroz de aquellos que no necesitan recurrir a formas de género neutras.

Pero, ¿y si en lugar de valorar la lógica de nuestros cerebros pensantes, hubiéramos crecido con que la virtud esencial de nuestra existencia es el individuo existe porque la comunidad existe? En ese caso, tener palabras que nos describen a todos nosotros hubiera sido la norma. ¿Y si hubiéramos crecido creyendo que no hay un yo fijo? En ese caso, no habría sido tan dramático tener más géneros y términos relacionados, ya que no estaríamos tan apegados a la identidad binaria masculino-femenino.

Desaprender es entonces una necesidad si queremos crear un futuro diferente de lo que ya hemos experimentado.

Yo anhelo un futuro que nos lleve a un lugar más inclusivo, más respetuoso hacia la naturaleza, nuestros cuerpos y nuestros congéneres.